
Mas Monserrat
Aceite premium producido en un campo de olivos en Moixent de manera artesanal. Solo unas cuantas botellas numeradas.
Una gráfica muy contenida, resuelta a dos tintas, en la que lo importante es la composición, la relación espacial, de tamaño y de color entre el texto y la imagen. Una gráfica discreta y elegante resuelta con una etiqueta en papel reciclado.

Premio al Merito Cultural de València
Cuando pensamos cuál debía ser la forma de un trofeo nos dimos cuenta de que un trofeo debe pensarse para que pueda ser cogido con las manos y levantado clamando victoria. Por eso las copas grandes llevan asas. Y pensando en alguien con el brazo en alto vimos claramente la antorcha y nos gustó. Porque tiene la forma adecuada y, además, simboliza la luz, la búsqueda de la verdad, el conocimiento, la cultura. Y decidimos hacerla en madera porque la madera es materia viva y noble, como la cultura.
Por otro lado, la madera está muy ligada a Valencia donde los artesanos del mueble, los ebanistas, los torneros, incluso el comercio y distribución de maderas de todo el mundo, han tenido mucho arraigo, así como la fabricación de instrumentos musicales como la dolçaina, típica de la música valenciana. ¿Y por qué no tornear diferentes maderas en una misma antorcha? Es una manera de aludir a la cultura que se forma añadiendo capas, año tras año, generación tras generación. Y, ya puestos, por qué no hacerlas algo diferentes unas de otras, de modo que, siendo siempre el mismo trofeo, el mismo premio, cada uno es distinto como son distintos cada uno de los premiados?

Generalitat Valenciana
En 1985 la Generalitat pidió al estudio La Nave que diseñara el símbolo de la institución, basado en el yelmo de Pere I El Ceremoniós. Después de más de 30 años la institución ha decidido renovarlo y lo ha vuelto a encargar a los mismos autores. Se ha cambiado la tipografía por otra mucho más legible y sin connotaciones de tendencia y se ha armonizado todo el trazado del símbolo, igualando grosores de línea, dando más peso y más solidez al escudo inclinado y eliminando rasgos que por su pequeño tamaño provocaban problemas de reproducción.

AD Musk
Se trataba de diseñar una nueva línea de fragancias de mujer para Adolfo Domínguez donde había un doble objetivo: reflejar el espíritu de las nuevas fragancias basadas en el Musk como ingrediente principal, donde la sensualidad y naturalidad debían ser protagonistas y, por otro lado, ofrecer un packaging sostenible.
Partiendo de la icónica botella de “Agua Fresca”, en versión rellenable (regular and refill), se diseñó ex profeso un tapón en madera buscando un acabado natural que le aportara calidez. En cuanto a los acabados, se optó por una fina capa de pintura mate en la botella, que va degradándose desde los hombros hasta desaparecer en la zona baja para mostrar la transparencia del vidrio. El collarín, la pieza donde asienta el tapón, se resolvió con el logotipo de la marca grabado en bajorrelieve, en color negro mate.

Glacier
Glacier es una línea de fragancias para un tipo de hombres amantes del riesgo y la aventura. El nombre (Glaciar) se refiere claramente a la naturaleza salvaje. La forma del frasco, facetado y con bordes muy marcados, recuerda a un iceberg o una roca y los acabados sugieren cada uno de los tres perfumes. Una forma orgánica y masculina, con colores llamativos para cada uno de los desafíos de la naturaleza, como lo solicitaba el briefing. Proyecto en colaboración con Glow Brand Design.

El Capricho
El Capricho es un famoso restaurante especializado en carne de buey. Gastrónomos de todo Europa, del Japón o de América peregrinan hasta Jiménez de Jamuz, un pequeño pueblo leonés, para disfrutar la increíble experiencia de comer o cenar en este templo de la mejor carne del mundo, excavado en la montaña.
El diseño del packaging trata de aunar tradición y vanguardia, fusionar la austeridad de materiales tradicionales con una gráfica rotunda, que es reflejo de la imagen única, potente y honesta que transmite El Capricho. Este uso de la materia: cartones artesanos, madera, cuerda, telas, para un producto gourmet no sólo está destinado a transmitir esos valores de autenticidad, “terroir”, tradición, sino a provocar una insólita experiencia de consumo. La idea de producto de autor se manifiesta a través de frases del propio José Gordón, alma mater de El Capricho, que hablan de una historia de generaciones.